GEOGRAFÍAS HUMANAS

SOCIEDAD, POLÍTICA, COMUNICACIÓN...

sábado, 27 de marzo de 2010

LA DESESPERANZA DE ESPERANZA

Yo soy andaluz. he nacido, me he criado, vivo,...y supongo que por aquí estaré cuando me llame la Parca. Pero, ¿qué es ser andaluz?. Para mi, desde luego, no supone ningún mérito, nací, en un territorio, como podría haber nacido en otro. Si queremos rizar el rizo, soy capaz de definirme como una forma de ser español, y sin que esto suponga tampoco nada especial. Soy andaluz y por tanto español y quiero a mi tierra igual que la puede querer un aragonés, un catalán o alguien de Mongolia. No somos ni mejores ni peores.

Explicada por tanto mi condición de español de Andalucía, o europeo de España...y así sucesivamente, paso a rebelarme, en estas frases, contra esta inveterada manía de la derecha política y social de convertirnos y dividirnos a unos y a otros en superiores o inferiores. El mundo de los tópicos, que en definitiva es el mundo de la ignorancia, de la vanidad, del pensamiento vacuo y lo peor de todo, el mundo de los que se creen simplemente que por ser de tal o cual sitio son superiores.

Es costumbre de la derecha de atacar a los Andaluces (españoles del sur, o europeos del sur, o como quieran), convirtiéndonos unas veces en analfabetos, otras en indolentes y muchas en vendidos a las migajas del poder. Esta costumbre, arraigada no solo fuera del territorio andaluz, sino también compartida por la derecha mas radical de la propia Andalucía, es a todas luces una consecuencia del etnocentrismo de los que siempre han creído que los andaluces somos españoles de segunda, o por lo menos que por nuestra forma de ser nos merecemos los muchos años que de retraso hemos tenido.

Por eso creo que lo que más alimenta ese cierto desdén con lo andaluz es que desde que tuvimos la ocasión de tomar las riendas de nuestro destino no nos perdonan que con nuestra memoria histórica, una y otra vez, y van muchas, nos obstinemos en no votarlos, porque sabemos que en realidad no dejan de considerarnos sirvientes de otros más poderosos.

Ya digo que no me considero especial por el simple hecho de ser andaluz, pero desde luego, sí lo estoy porque sin tener ningún, creo yo, hecho diferencial, basamos nuestra identidad en la tolerancia, la igualdad y el progreso. Y que sepa la señora Aguirre que su desesperación seguirá porque desde luego estos españoles del sur que nos somos más que nadie, tampoco somo menos que nadie.

domingo, 21 de marzo de 2010

COMUNICACIÓN PARADÓJICA. CUANDO LO QUE SE DICE NO ES LO QUE SE HACE.

"Una paradoja es una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común. En palabras simples, una paradoja es lo opuesto a lo que uno considera cierto: es un contrasentido con sentido ". Aunque no soy un apasionado de la Wikipedia, me he decidido por situar ésta como una buena definición de paradoja, la cual me permita avanzar sobre el artículo defendiendo la idea de que las comunicaciones paradójicas o contradictorias son percibidas por los receptores de los mensajes tarde o temprano, y por tanto, es harto probable, que no prosperen como comunicaciones eficaces.

En política es muy importante que los ciudadanos y ciudadanas perciban los discursos políticos como verdaderos, ausentes de malicia, o como poco, que no escondan intenciones ocultas por muy decentes que estas sean. Así, cualquier discurso (entendiendo por discurso no la oratoria, sino la correlación de ideas expresadas en cualquier tipo de formato y que dan coherencia a la retahíla de deseos o intenciones, bien de una persona o bien de un grupo), debe ser percibido como auténtico. Lo que en comunicación es imposible, por paradójico, es que a la vez que decimos sí, movamos la cabeza en sentido negativo.

Hoy por hoy el formato en el que se transmiten los mensajes es muy importante: las nuevas tecnologías nos han cambiado el mundo, pero sobretodo ha cambiado la información, de hecho como afirma en su famosa trilogía el Doctor Castells, estamos inmersos en la era de la información. El formato, el canal de transmisión ha cambiado nuestras vidas. Ya no es necesario que nos pasemos toda una vida esperando que alguien nos publique nuestros escritos, los hacemos nosotros mismos, este blog es vivo ejemplo de ello. Las redes sociales, la web 2.0, el correo electrónico, la telefonía móvil, la televisión interactiva, los libros electrónicos...y no sé cuantas cosas más que multiplican exponencialmente el número de inputs que procesamos como información.

La información on line, en tiempo real, es valorada como uno de los grandes avances civilizatorios que ha afectado a todos los contextos de nuestra vida: esta crisis tiene carácter global porque ya es casi imposible que cualquier cosa quede reducida a un nivel local. El movimiento de capitales, el comercio mundial...una economía global, y todo a una comunicación global.

...Y siendo todo esto realmente importante, hay algo que aún, como decíamos al principio del artículo, no ha cambiado: si no haces lo que dices, el receptor se considera engañado...y en política aunque el formato tiene una gran importancia, es preciso que se transmita sobretodo credibilidad. El ciudadano que ve creíble lo que dices, te apoya, si comprueba que el formato o el canal es lo que priorizas, que el mensaje es uno pero la actuación otra, descubre la paradoja e inmediatamente te abandona.

Desde la opción progresista, siempre hemos dado una gran importancia a la credibilidad, de hecho si hemos sido capaces de gobernar desde el PSOE de Andalucía 30 años, es porque han existido pocas paradojas entre nuestro discurso y nuestra acción, y no solo en nuestra relación con la ciudadanía, sino también entre nosotros, en lo interno. No solo vale el discurso, no solo vale el cómo decimos las cosas, no solo vale la intención, sobretodo vale que lo que hagamos sea un correlato de todo lo anterior. Hablar de profundizar en la democracia interna es un buen discurso, siempre será interesante el fomento de la participación de la militancia, pero si la práctica es la contrario, la práctica sectaria, la del gobierno de las élites, de la laminación del otro, la de deslegitimar cualquier opinión por distinta, confundir la discrepancia con la disidencia..., es directamente una paradoja, que en términos políticos supone un suicidio. Y no deberíamos suicidarnos.

jueves, 11 de marzo de 2010

SALUTACIÓN AL CONGRESO COMARCAL DEL CAMPO DE GIBRALTAR DE UGT-MCA

Presidente del Congreso, Comisión Ejecutiva, invitados, delegados y delegadas al Congreso Comarcal de la Unión General de Trabajadores del Metal, Construcción y Afines del Campo de Gibraltar.

Quiero en primer lugar solicitaros vuestras disculpas por no poder estar con todos vosotros en el Congreso como hubiera sido mi intención. Pero, como sabéis, tanto hoy como mañana sábado se celebra en Sevilla el Congreso Extraordinario del PSOE de Andalucía, congreso al que inexcusablemente tengo que acudir. No obstante me quiero dirigir a vosotros a través de esta carta para enviaros mi más cordial saludo en mi nombre, como Delegado de Empleo y en nombre del Gobierno de la Junta de Andalucía

Compañeros y compañeras, celebráis este congreso en un difícil momento para los trabajadores de este país, para los ciudadanos de este país. La crisis económica golpea duramente sobre los trabajadores, y el desempleo, las dificultades en las empresas, están protagonizando de manera terrible este momento de nuestras vidas.

Pero quiero transmitiros mis palabras de ánimo. Se lo duro de vuestra tarea, os conozco, y se de los esfuerzos que realizáis todos los días a favor de los trabajadores y trabajadoras del Campo de Gibraltar. Por eso solo no puedo más que agradecer de corazón ese esfuerzo, el cual nunca cae en saco roto.

De vuestro trabajo se beneficia la sociedad al completo, que ve, que comprueba, como en estos momentos de tanta dificultad estáis haciendo un ejercicio de responsabilidad admirable, arrimando el hombro, sabiendo como sabéis que la derecha social, política y económica esta al acecho, apuntándose al cuanto peor mejor. Esos patriotas de sus bolsillos, que nos metieron en esta crisis, y que ahora pretenden poner en marcha las mismas políticas que han dado como resultado un bloqueo económico mundial.

Que nadie os de lecciones. Sabéis que solo la senda del acuerdo, del consenso, de la negociación, nos permite seguir avanzando.

Por eso, compañeros y compañeras, firmes en vuestras convicciones, aquellas que han hecho grande a este sindicato desde que Pablo Iglesias lo fundó. Libertad, igualdad y solidaridad. Esa es nuestra divisa.

Y sabéis que podéis contar con nosotros, desde el acuerdo a veces, desde la discrepancia en otras, pero siempre en el interés de los ciudadanos y ciudadanas de Andalucía.

No quiero terminar sin hacer alusión a situaciones concretas del Campo de Gibraltar. Mi agradecimiento, mi felicitación y mi íntimo orgullo por haber podido contar con vosotros para paliar la situación de los extrabajadores de Metalsa, a los que a pesar de que aun les queda por terminar de solucionar su conflicto, hemos conseguido mitigar su situación en alguna medida.

También me quiero referir a los trabajadores de Acerinox y a todos los que componen las empresas auxiliares. Hagamos lo posible para que desde la solidaridad seamos capaces de darle una señal de complicidad a la sociedad campogibraltareña. No llamemos a la ruina. Vamos a llamar a la esperanza y a un futuro de prosperidad.

No os quiero entretener más, el Congreso debe comenzar. Compañeros y compañeras, os saluda y os desea la mayor de las suertes, un compañero socialista que os admira y respeta.

Viva la UGT.

Cádiz, 12 de marzo de 2010

martes, 2 de marzo de 2010

DEMOCRACIA, EFEBOCRACIA, SOCIALISMO

La semana pasada intenté, no sé con que éxito, hacer una reflexión en voz alta (mejor dicho en blog alto) sobre la participación democrática en los partidos políticos en general, y la transversalidad democrática en el socialismo español en particular. Mi conclusión es clara: cuanto más nos parecemos a la sociedad, evidentemente la sociedad confía más en los socialistas. Por eso entiendo que un partido político de profundas convicciones democráticas, de historial extenso e intenso en la defensa de las libertades, no puede más que día a día, profundizar en su democracia interna, desarrollar más su condición utilitarista para sus afiliados, es decir conseguir que esas personas que en un momento determinado deciden pertenecer a un partido, en este caso el Partido Socialista, sientan a éste como, también, un fin en si mismo. Un partido como el Socialista tiene que aspirar a ser instrumento para el afiliado, a la vez que el afiliado tiene que ser útil para el Partido.

En Andalucía (en España también, pero especialmente en Andalucía), el PSOE ha ido consiguiendo elección tras elección el apoyo mayoritario de los ciudadanos y ciudadanas. Hemos ido creciendo como partido (soy afiliado desde 1.979), y hemos sabido ir incorporando, sumando, todo aquello que nos ha hecho más fuerte, sobretodo uno de nuestros valores más auténticos: la credibilidad. Nuestros compromisos son pactos con la ciudadanía que defendemos y cumplimos...y eso es democracia.

En estas fechas de tribulaciones económicas, de cambios sociales derivados de la crisis, tiempos de innovación tecnológica, de (no podemos olvidar) congresos en Andalucía del PSOE, recuerdo de mi etapa de dirigente juvenil mi perenne, machacona idea de la necesidad de la incorporación de las generaciones jovenes a las estructuras tanto del partido como las institucionales (nuestra exigencia pasaba por fortalecer a las Juventudes como "pepito grillo" del partido, y el poder entrar en listas electorales para tener concejales de juventud en los Ayuntamientos. Hablar en los ochenta e incluso en parte de los noventa de rejuvenecer el partido era un tanto absurdo cuando su dirigentes tenían en esos ochenta medias de edad de entre 38 y 45 años. Jóvenes.

Esto, que ha sido para nuestro país un valor añadido por la pujanza y la frescura de los discursos frente a lo casposo y antiguo de la derecha, ha tenido en algunos casos daños colaterales no deseados o por lo menos no deseables. Nuestro sistema engulle rápidamente a sus líderes, rápidamente hay que renovarlos, siempre tenemos una generación en términos de edad muy inferior que tiene la varita mágica de la conexión con los nuevos votantes y el dinamismo suficiente como para desarbolar a los veteranos. Pues bien ni la juventud es sinónimo de inteligencia, ni la veteranía de experiencia. Ni poner al frente de los partidos e instituciones a gente muy joven asegura el futuro (ya digo que los engullimos rápido), ni eternizar discursos y modos nos da toda la seguridad. Insisto, el PSOE es un partido transversal en la sociedad andaluza, y por tanto es un espacio donde necesariamente han de convivir distintas generaciones de edad y lo más importante, distintas generaciones políticas.

La incorporación de jóvenes y mujeres es un hecho en el partido, por tanto no es cuestión ni de edad ni de género, la clave para mi es otra: El poder se ejerce generacionalmente (generaciones políticas me refiero), y solo la permeabilidad en este ejercicio del poder permite que no se afronten esos cambios generacionales como traumas o crisis internas. Esas incorporaciones se van produciendo naturalmente, y progresivamente van formándose nuevas generaciones políticas.

Ahora bien, no podemos construir un nuevo discurso que ilusione y esperanze, primero a los propios afiliados y después a la sociedad, si no somos capaces de incorporar, sumar, en todos los espacios disponibles a la gran diversidad de nuestro partido. No deberíamos ignorar a generaciones enteras que representan o mimetizan a la sociedad andaluza. Ignorar a estas generaciones y creernos que nos hacemos un favor, sería un error.