GEOGRAFÍAS HUMANAS

SOCIEDAD, POLÍTICA, COMUNICACIÓN...

martes, 27 de noviembre de 2012

LIDERAZGO: Comunicación y Estilo


Definir La palabra liderazgo es tarea ardua si tratamos de compilar los múltiples matices que contemplan dicho concepto, así como la cantidad de expertos que desde distintas especialidades han reflexionado sobre la naturaleza del líder y sus acciones, las cuales le confieren como tal líder. Centrémonos entonces en intentar señalar cuales son las tareas que hace que una persona sea líder para con ello tener clara la función del liderazgo.

Un líder, e intentamos simplificar mucho, es aquel que se fija una serie  de objetivosmetas, toma de decisiones…y consigue que los demás las asuman como propias y traten de alcanzarlas. Por tanto el ejercicio del liderazgo sería la influencia que se ejerce sobre las personas para conseguir que esa labor a la que hemos aludido se haga de manera ilusionante, entusiasta y determinante. Estamos por tanto adentrándonos fundamentalmente en el campo de la psicología y en el de la comunicación. Ejercer la función de liderazgo comporta la utilización de mecanismos psicológicos y de conductas que promocionan su ejecución. Hablamos de empatía y asertividad, siendo la empatía un lugar de encuentro necesario para el líder, el cual tiene muy desarrollada su “Teoría de la Mente”, es decir, su capacidad de entender y comprender las emociones del otro. Es un proceso de simbiosis controlada en la cual somos comprensivos y atendemos a las circunstancias de los demás, nos ponemos en el lugar del otro y actuamos. La asertividad supone una respuesta comunicacional en la cual tenemos una certeza que mantenemos y defendemos sin lesionar derechos del interlocutorSaber decir “no” sin molestar.

Tanto empatía como asertividad son conceptos a camino entre la psicología y la comunicación. El ejercicio del liderazgo exige el desarrollo de habilidades psicológicas y comunicacionales, y las cualidades del líder entre otras muchas pueden ser: empatía, conocimiento, confiabilidad, asertividad, integridad, carisma, habilidades sociales y comunicativas en general.

Desde distintas escuelas y disciplinas se han estudiado los distintos estilos de líder y por tanto del ejercicio del liderazgo y todas entran de lleno en la capacidad de comunicación, en como se comunica (hay algunas excentricidades que singularizan al líder en rasgos más o menos exóticos pero que si lo analizamos bien, al final estamos hablando de comunicación, de lenguaje corporal…Así algunos hablan de lideres en función de su aspecto físico –altos, guapos…-, otros hacen referencia al “aura”, que bien mirado es algo tan poco místico como la atracción que despierta, su forma de comunicarse en todas sus dimensiones…)

Vamos a señalar cinco estilos de liderazgo, estilos a los que podríamos añadir algunos más si atendemos a la numerosa bibliografía existente y a la diversidad de dimensiones que podemos tratar. Podemos también tener en cuenta que de la combinación de los distintos estilos esta la fortaleza del propio líder. No nos valen blancos o negros y solo un hermoso arco iris de colores y matices es lo que en realidad corresponde a lo que de manera casi automática todos entendemos cuando decimos de alguien que es un líder.

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Estilo directivo. En el cual el líder instruye con claridad, sabe lo que quiere sin dudarlo y genera tal confianza que es seguido, o mejor, es asumido por los interlocutores.
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Estilo participativo. Comparte ideas, las solicita, valora las inquietudes del equipo, hacen de la consulta un indispensable en las relaciones. Toman decisiones valorando las apreciaciones del equipo.
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Estilo del líder delegativo. Comparte la autoridad o sus opiniones con los demás, concede la capacidad a los otros de tomar determinadas decisiones. Lo que no delega es la responsabilidad a lo que habría que añadir que tampoco se delega el conocimiento.
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Estilo transformador. Busca el enriquecimiento personal y el de los que le rodean. Optimiza las relaciones personales. Es ideal para revertir una situación de crisis.
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Estilo transaccional. Busca el acuerdo, la conciliación. Es un motivador.

En definitiva un líder no solo tiene que ser alguien que tenga buenas ideas sino que por su ejecutoria es capaz de convencer o atraer a los demás (ya hablaremos del carisma). Si esas ideas o esos estilos los fundimos en un concepto como el de visión, obtendremos las características personales y de comunicación más eficaces para que podamos significar a un líder en todos los ámbitos de la vida.

lunes, 19 de noviembre de 2012

¡¡¿¿Cómo están ustedeeess??!!



Ayer se murió Miliki, el payaso de la tele. Los de mi generación nos aprestábamos de manera alegre y deseosa alrededor del Vanguard en blanco y negro para escuchar a esa familia comandada por este payaso, músico, actor… que por las tardes nos preguntaban como estábamos. La fórmula, hoy por hoy, repetida para la respuesta era un “biennnn” de miles de niños de todo el país, que apenas nos enterábamos de que mientras nosotros estábamos bien el dictador Franco agonizaba, la dictadura seguía amordazando los deseos de libertad de los españoles y nuestro país era como la tele donde veíamos a Miliki, en blanco y negro.

Han pasado muchos años, unos cuarenta, año arriba, año abajo del “había una vez un circo”, y han pasado, claro, muchas cosas, los niños de entonces peinamos canas (las que me quedan), nos hemos casado, hemos tenido hijos que no tienen payasos “de” la tele pero sí payasos “en” la tele, nuestros padres ya son abuelos, existe el divorcio y lo utilizamos, hemos estudiado mucho, el país comenzó a verse en color y en definitiva todo cambió, como todo cambia día a día. Se tuvo la ilusión de la transición y las primeras decepciones que supone el vivir en democracia. Gobernaron los socialistas con sus trajes de pana y escuchábamos la nueva ola musical de eso que se vino en llamar “la movida”. Han pasado muchos años pero en lo esencial seguimos teniendo los mismos miedos, las mismas ilusiones, la fragilidad de la felicidad y la preocupación por el futuro que tal como pinta, por primera vez, parece que no será mucho mejor que el reciente pasado.

A lo largo de la vida se pasan por muchas situaciones donde tienes que elegir, para bien o para mal, las tesituras comienzan desde bastante jovencito: ¿ciencias o letras? ¿Maestro o abogado? ¿Compro o alquilo? y así durante toda la vida. Hoy por hoy nos lo están poniendo difícil, parece que como decía Felipe Gonzálezel futuro ya no es lo que era” y en estos últimos años nos están haciendo padecer más sufrimiento del que razonablemente tendríamos la obligación de aguantar. Hoy vemos en la tele como para que un gobierno reaccione ante el problema de los desahucios una muchacha se tiene que tirar por la ventana. Tenemos que ver como nos siguen insultando diciéndonos que nos quitan derechos y servicios públicos con la cantinela mentirosa de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Condenan a nuestros jóvenes a preocuparse y de que manera desde muy pronto por un futuro demasiado incierto. De manera cruel pero sigue siendo útil eso de “había una vez un circo” porque esto es un circo.

En una pintada del Mayo del 68 se leía en París: “Dios ha muerto, Marx ha muerto, y yo no me encuentro muy bien últimamente”. Pues eso, hace cuarenta años nos preguntaba el genial Miliki ¡¡¿¿ Cómo están ustedes ¿?!! y nosotros que éramos niños le decíamos que bien. Hoy que ya estamos creciditos cuando nos preguntan eso desde los púlpitos políticos ya no contestamos lo mismo. Como dice una amiga mía cuando termina un argumento: “…o sea que…” pues mal, ¿cómo vamos a estar?

lunes, 12 de noviembre de 2012

LAS EXPECTATIVAS CREADAS



Cada cuatro años se cumple inexorablemente la tradición de que el primer martes después del primer lunes del mes de noviembre, se celebran las elecciones para elegir al Presidente de los Estados Unidos de América. Es un país que teniendo una escasa historia temporal, apenas 236 años desde la declaración de independencia, construye su historiografía con un buen número de tradiciones y tópicos que cumplen de manera sistemática. Así, el pasado 6 de noviembre se procedió a la elección del máximo mandatario, elección que de hecho se convirtió en la reelección de Barak Obama, quien el próximo mes de Enero comenzará su mandato como el número 45 de los Presidentes de los Estados Unidos.

Hace cuatro años la elección abrumadora de Obama respondió a una serie de circunstancias bastante identificables: - La enorme impopularidad de los republicanos después de un caótico segundo mandato de George W. Bush. – La profundización de una crisis económica que desde la administración Federal o bien se ignoraba o a la que se le ponían paños calientes (¿les suena?) –La capacidad de Obama de integrar a su alrededor a tres segmentos de población vitales en cualquier elección, su capacidad de comunicar con mujeres, jóvenes y minorías étnicas y culturales. – Y sobretodas estas cosas, la capacidad del candidato y su campaña de crear y mantener entre la ciudadanía americana unas altas expectativas sobre el futuro que les correspondería con su elección.

La capacidad de comunicación y de oratoria de Obama se centraba fundamentalmente en transmitir visión, ilusión y esperanza. Las propuestas concretas pasaban por elementos de un gran calado para las gentes pues de producirse realmente conllevarían un cambio radical en la vida de muchos millones de americanos. Léase entre estas propuestas la reforma sanitaria que hiciera universal la prestación de esos servicios. La reforma de la política migratoria que le daba esperanza a millones de personas hasta el momento ignoradas. Abanderar la lucha contra el cambio climático con la apuesta de la consolidación de las energías limpias. La progresividad fiscal para favorecer a la clase media solicitando un mayor esfuerzo a las clases más adineradas. Profundización de las políticas públicas tan sensibles como en la educación, el abandono del lenguaje bélico como primera opción en la solución a los conflictos internacionales… y todo ello revestido de un aura de sensatez, sinceridad, honestidad, brillantez expositiva. Daba, en ese momento, la sensación de que se había encontrado, por fin, el líder mundial que fuera capaz de cambiar la dinámica existente. Las expectativas que iba creando en todo el globo eran tan altas como altas eran las prestaciones en cada discurso, en cada intervención del afroamericano.

¿Quién creó las expectativas, el propio Obama o fueron los propios ciudadanos en base a lo que veían, intuían o más bien deseaban? Lo cierto es que cuatro años después el Presidente, o el Comandante en Jefe como les gustan en llamarle, ha tenido que gestionar, ha tenido que mancharse los pies de barro y ha podido comprobar que todo es más difícil que construir un discurso. Así también la ciudadanía ha comprobado que una cosa es predicar y otra bien distinta dar trigo...

Eran tan altas las expectativas de los ciudadanos que era imposible que se pudiera llegar a responder a ellas, de esta forma en su reelección no ha podido recurrirse a esas expectativas por frustradas (como todo, en su gestión ha habido claros y oscuros). El votante ha seguido confiando en él, lo ha reelegido y sin duda porque aun habiendo defraudado en muchos casos, la comparación con las propuestas del candidato elefante han hecho a la gente a volver su mirada de nuevo a quien hace cuatro años les hizo tener esperanza, ilusión…

“Lo mejor está por llegar”. Esa fue la frase que eligió el Presidente en su discurso de la victoria del día 6, una frase que entronca directamente, una vez más, con aquellos sentimientos y emociones que conquistaron al mundo (por cierto ese es el título de mi entrada en el blog del 20 de abril de este año “lo mejor está por llegar”). Podemos decir que ya no crea expectativas, pero Obama sigue siendo una referencia nítida de esperanza para millones de personas en América y en todo el orbe. Puede que en su fuero interno se esté repitiendo que no puede responder a las expectativas de la gente, pero ya no es una cuestión de expectativas, es una cuestión de esperanzas, y la esperanza es lo último que se pierde o que te quitan. Yo aspiro como persona, ya que no valoro expectativas, aspiro digo, a seguir teniendo esperanzas y no perderlas, y si no hay que tenerlas que sea porque te las quiten aunque no te las hayan dado.

Las personas, la vida, funcionan a base de ilusiones, esperanzas, anhelos. Yo hubiera votado otra vez por Obama que aunque ya no despierta en mi persona expectativas, ni me da esperanzas, aún no me ha quitado las que tengo, y si no me las quiere quitar será porque las quiere mantener.

lunes, 5 de noviembre de 2012

La decepción

        Pasada la transición a la democracia en España se acuño el termino "desencanto" para significar la perdida de ilusión de los ciudadanos ante la constatación de que la recién estrenada democracia no había colmado las expectativas que la ciudadanía se había creado ante la conquista de la libertad. Este sentimiento se hizo fuerte entre las generaciones mas jóvenes que por una parte no habían tenido vivencias de lo que fue la dictadura de Franco y por otra parte ante la insatisfacción que les producía las circunstancias que íbamos teniendo en la consolidación de la democracia.

         Sin embargo si echamos un vistazo a las estadísticas de cada convocatoria electoral, la participación en las mismas e incluso el comportamiento electoral de los ciudadanos, comprobamos que ese desencanto democrático o sobre el funcionamiento de la democracia no se ha traducido en muchos años en un dar la espalda al propio sistema, de hecho en las distintas encuestas que se han realizado en los últimos treinta años una mayoría apabullante sigue considerando al sistema democrático como el mejor para la convivencia (yo diría el menos malo). Por tanto no partimos de una histórica desafección por la formula que libremente hemos elegido.

          Dicho lo anterior, no cabe ninguna duda que en los últimos tiempos estamos asistiendo a una deriva en la que parece bastante palpable que mas allá de un inicial desencanto hemos pasado a una sentida y constatable decepcion, y esa palabra, ese sentimiento, es mucho mas grave porque atiende directamente a algo así como cuando Pablo se cayo del caballo, o como diríamos mas ordinariamente, hemos abierto los ojos. La decepcion es un sentimiento de insatisfacción que nos aparece cuando comprobamos que las expectativas sobre un deseo o una persona no se cumplen fundamentalmente porque lo deseado o lo esperado no era como esperábamos, algo así como si se te cae la venda, un desengaño.

         Es la decepcion la peor noticia para nuestro sistema. Los ciudadanos se sienten desengañados, ya esas encuestas muestran claramente que ya no hay tanta indulgencia con lo que sucede alrededor, los políticos engañan, los partidos no cumplen, la política es para medrar, las palabras bonitas solo esconden entre eufemismos una realidad que no se explícita, medias verdades dichas para no deprimir al auditorio (como si fuéramos menores de edad)...todo eso forma parte del sentimiento cada vez mas mayoritario entre los ciudadanos.

       El personal esta decepcionado y ya no cree en la política, o mejor, no cree en los políticos y en los partidos, sobretodo en los tradicionales; esta crisis, las políticas realizadas desde el 2008 hasta el momento, han exasperado a las personas que con buena voluntad habían creído en la bondad de cada propuesta, de cada acción. Esta situación es muy peligrosa para nuestro sistema, estamos en el trance de convertirnos en una democracia formal pero absolutamente alejada del aprecio de la ciudadanía que la sustenta, y eso es un caldo de cultivo para soluciones antidemocraticas.

       La decepcion es un sentimiento muy humano y cuando se produce la primera reacción es la perdida de interés o ilusión por aquello que se tuvo y es difícil recuperarla. Vuelvo a algún post escrito "una rosa es una rosa", es decir llamar a las cosas por su nombre, ser verdadero y no acudir al engaño por muy piadoso que este sea.

       Me interesa sobremanera la situación de la izquierda en este país, concretamente la del PSOE , cuya falta de credibilidad ha llevado a muchas personas honestamente socialistas a sentirse no ya desencantados sino verdaderamente decepcionados ante un discurso que no suena a verdadero, donde se le explican las causas de las decisiones tomadas con esas medias verdades que en el fondo no son mas que medias mentiras. Hablar claro, decir lo que hay para ahora y para el futuro, y si hay esperanza se dice y si no la hay también, lo que sea menos dejarlo todo al arbitrio del tiempo. ¿Que se persigue? ¿Cual es el objetivo? Son tiempos de tribulaciones y es lógico que se tengan dudas pero ¿Cuales son esas dudas? ¿No es mejor decirlas y que la gente sepa cual es la meta?. En fin, cualquier cosa menos esconder las cartas para intentar quedar bien porque posiblemente no se quede bien con nadie.

       Despejar las dudas, es decir si se tienen ¿Cuales son? ¿Coca cola o Pepsi? Y si la decisión es Pepsi pues se dice y a otra cosa. No encontraremos una opción viable en la izquierda española mientras no le llamen "rosa a las rosas". Tenemos la obligación de revitalizar nuestra democracia, hacerla mas transparente de verdad, buscar la participación ciudadana de verdad, eliminar el fraude, la corruptela como mal necesario, los partidos no pueden seguir siendo maquinas de ofuscación ciudadana, necesitamos que ilusionen de nuevo y eso no debería ser tan difícil "solo"    se trata de sincerase y saber que los trenes llegan y hay que cogerlos para no ternos que lamentarnos toda la vida, y eso depende de todos nosotros.

        Cuando la decepción llega todo es diferente, cuando la gente se decepciona pierde la ilusión y entonces busca otras cosas y no necesariamente mejores.