GEOGRAFÍAS HUMANAS

SOCIEDAD, POLÍTICA, COMUNICACIÓN...

martes, 19 de marzo de 2013

GAUDEAMUS IGITUR


Que la Universidad española necesita reformas es algo que venimos escuchando desde que el mundo es mundo. Si repasamos escritos, libros, actas o cualquier referencia sobre la situación de los estudios superiores en nuestro pais, el común denominador es la insatisfacción que produce en todos los estamentos, universitarios o no, ytambién que de manera insistente se ha venido planteando cual es la mejor manera de que cumpla su misión docente, investigadora, de promoción del talento y de estímulo económico y social. Muchas han sido las reformas que efectivamente se han acometido, cada una poniendo el énfasis en aquello que se ha considerado más importante y casi siempre sin conseguir cerrar un modelo, que posiblemente no sea productivo cerrar, y sobretodo quedando siempre en el aire la siguiente reforma, la que hará el siguiente gobierno.

La Universidad española esta multiplicada, son 50 las de titularidad pública y 29 privadas, las cuales forman a más de 1.600.000 alumnos  en los más de 250 Campus existentes. ¿Son muchas o pocas? Según los distintos estudios comparativos la ratio y el despliegue de las universidades españolas no parece que sea excesivo, no parece en comparación con otros países que haya aquí una superpoblación universitaria o mejor dicho de universidades, todo lo más, en algunos casos, se advierte una dispersión poco recomendable de Campus en una sola Universidad lo cual provoca aumentos exponenciales de gastos e ineficacias (léase Universidad de Cádiz). Lo que si se expone en casi todos estos trabajos es una oferta de títulos que por su configuración en muchos casos no atiende al interés de la propia sociedad o simplemente que por sus duplicaciones, número excesivo de centros que los imparten o su obsolescencia no corresponden con la máxima de eficiencia de lo que deben ser los estudios superiores.

Desde mi punto de vista entre los logros más importantes conseguidos por la Universidad española está la conquista de su autonomía de gestión. Es indudable el avance que ha supuesto para la calidad esta circunstancia. Tampoco, aunque esto pueda sonar polémico, ha sido baladí la proliferación de la Universidad privada, algo consustancial a la propia dinámica de la enseñanza y la necesidad de conexión con otras realidades en el concierto europeo, en este caso habría que ser más rigurosos con estas instituciones privadas para que no se limitaran a ser meros clones en cuanto a titulaciones y expectativas que sus homónimas públicas.

En el contexto de crisis en el que nos encontramos en este momento la Universidad no escapa a sus consecuencias, y éstas se han revelado con toda su intensidad: recortes en su financiación desde el Ministerio, aplazamiento en el tiempo de los pagos correspondientes por parte de las comunidades autónomas, desinversión…y como era de prever un nuevo intento de reforma a través del gobierno de turno. Hasta el momento se han aplicado los recortes y se ha ejecutado sin ningún tipo de duda todas aquellas disposiciones que dimanan del Consejo de Ministros , sobretodo del Ministerio de Hacienda: Plazas congeladas, profesores con sus oposiciones aprobadas y recurridas, aumento de las horas de dedicación por encima de los umbrales de necesaria calidad, y así  toda una serie de normas de precalentamiento antes de aplicar la verdadera reforma, la cual una vez leído y analizado el texto que se propones desde el grupo de expertos, ésta, la reforma se reduce como los mandamientos a dos: reducir la autonomía universitaria y limitación de la libertad de Cátedra.

Es evidente que la Universidad necesita reformas pero como digo el precalentamiento debe ser, o dicho de otro modo, los prerrequisitos básicos para que podamos reformar desde una posición adecuada, va en sentido contrario a lo que se ha hecho hasta el momento. Así creemos que es importante que se produzca lo siguiente:

Financiación suficiente. Es decir, la educación en cualquiera de sus niveles no puede ser objeto de los recortes que se están produciendo en la economía presupuestaria.
Priorización en el pago de las cantidades comprometidas por las administraciones que hagan viable el día a día de la actividad universitaria, lo contrario puede conducir al colapso.
- Mantenimiento (entendiendo las dificultadeseconómicas) de los presupuestos asignados a  I+D+I. La investigación no es un gasto es una inversión de futuro.
- Retirada de los recursos del Ministerio a las oposiciones para las plazas de titulares que se han desarrollado duranteel año 2012, siempre y cuando estas plazas no supongan un aumento en el capítulo 1 tanto nominalmente ennúmero de profesores como en las cantidades presupuestadas.
- Declaración pública de interiorización y por lo tanto de compromiso de acción y porque no decirlo de lealtad con el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y apostar claramente por la Declaración de Bolonia comoproyecto ambicioso y compartido de construcción europea.

A partir de premisas como las anteriores se puede hablar de una reforma que en sentido contrario a lo que parece que se pretende se dirija a:

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Fortalecer la autonomía universitaria
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Fortalecer instrumentos como la ANECA para la acreditación de docentes.
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Fortalecer los binomios Universidad-sociedad, Universidad-empresa
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Revisión de planes de estudios que nos acerquen al común denominador en Europa
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Fortalecer las políticas de movilidad tanto para alumnos como para el profesorado con programas que han venido haciendo más por la construcción europea que cualquier otra consigna o discurso. Por tanto no disminuir las cantidades asignadas a Erasmus, sin menoscabo de su evaluación crítica.
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Aumentar las becas que posibiliten la igualdad de oportunidades
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Política de estímulos para la atracción de personalidades internacionales en el campo de la docencia y de la investigación.
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Facilitar la esponsorización en la Cátedras específicas, en los Departamentos y grupos de investigación.
-     etc.

Y, uno tras otro, contenidos para una Reforma que siendo vital para nuestro futuro se está convirtiendo en un campo de minas por el que están transitando alumnos, profesores y en general toda la comunidad universitaria y sus aledaños en la sociedad.

Ciertamente se ha acusado muchas veces a la Universidad de entidad endogámica (y bastante lo es) pero que la medicina que se le quiere prescribir puede que la mate de excesiva salud.

Gaudeamus Igitur, alegrémonos pues, de seguir teniendo la posibilidad de encontrar resquicios morales, de interés social…y también ideológicos (no confundir con partidarios) para que no pasemos del Gaudeamus Igitur a la marcha fúnebre

lunes, 11 de marzo de 2013

España con Burn-out

El Burn-out o síndrome del quemado es un padecimiento que se asocia a situaciones estresantes del trabajo, sobretodo en aquellas profesiones en las que hay una intensa relación entre el propio profesional y los “clientes”,  o por decirlo de otra manera es el padecimiento o la sensación de agotamiento mental y físico de los trabajadores que tienen en su labor diaria un contacto necesario y prolongado con las personas. Este padecer supone una sensación de agotamiento, aburrimiento, fatiga, ineficacia, desesperanza y cierto…asqueo del propio trabajo. Los colectivos que tradicionalmente padecen este síndrome son el personal de sanidad, los docentes y los funcionarios expuestos al trato masivo con público. Hoy en día este síndrome, este conjunto de síntomas no tienen una expresión oficial como enfermedad, todo lo más se habla de estrés, de neurastenia, de “depre”, y por tanto, al no estar considerada como enfermedad profesional se queda en el limbo de lo inexplicable, aunque pregúntenle a los médicos o profesores, de por si vulnerables a este síndrome, como están con las últimas medidas y circunstancias que están rodeando su trabajo.

La situación económica, social, política y en general la situación, en este caso, de un pais como España me hace llegar a este síndrome de Burn-out para describir de la manera más comprensible el estado actual del conjunto de la ciudadanía: estamos, diciéndolo de manera castiza, quemadosHace cinco años comenzó a nublarse el tiempo, se comenzó a vivir en carne propia la crisis económica que aunque venia gestándose tiempo atrás, nos estallaba en la cara con toda su crudeza. Aunque para nuestra desgracia nunca hemos tenido tasas de paro de esas del 3 ó 4 por ciento, de golpe, masivamente, las empresas tienen problemas, cierran, los trabajadores van al paro, los bancos resultan ser grandes bombas de relojerías, y así uno tras otro cada marcador económico o social que mide el bienestar de un pueblo iba mostrándonos unos números y unas conclusiones muy negativas tanto para el presente como en sus proyecciones a futuro.

Después de cinco años la crisis se ha convertido en la gran excusa para cambiar de un manotazo el paradigma de gobernanza democrática por otro que se escapa de la consideración de tal gobernanza (muy recomendable la lectura de “Gobernanza inteligente para el siglo XXI” de Bergguen y Gardels). La economía de casino como dice Felipe González ha sustituido a la economía social de mercado. La mano invisible que enunciaba Adam Smith ha sustituido a los poderes legítimos. Los Estados son cada vez menos relevantes sin que se sepa realmente por qué o por quienes se han sustituidos. Así los gobiernos de los respectivos países como hipnotizados por una especie de “soma” a lo Aldous Huxley, replican uno tras otro políticas y medidas que van en la dirección de su propio debilitamiento y la de contentar no se sabe bien a quien pero que desde luego conllevan una gran dosis de sadismo y encarnizamiento con la ciudadanía. Parece como si hubieran dispuesto un experimento en el que losconejillos de indias somos todos y a través del cual se está buscando cual es el punto de aguante máximo que se tiene ante las sucesivas dosis de políticas de “ahogamiento”, es como cuando los nazis sometían a sus cautivos a experimentos diabólicos con el único fin de saber cual era el aguante físico de una persona sometida a toda clase de torturas hasta su muerte.

Siendo esto por si solo muy importante, si lo combinamos con las respuestas que los establishment partidarios y democráticos nos están dando, la quemazón, el hartazgo ciudadano es de libro. Atendiendo solo a nuestra realidad, resulta muy indicativo de lo que pasa el que se ponga por parte de los ciudadanos a los partidos políticos como parte del problema y no como parte de la solución de nuestros males. Desde luego es comprensible esta desconfianza ciudadana ante las respuestas que se nos están ofreciendo no ya a la crisis económica sino a otros asuntos tan poco edificantes como la corrupción y también a las actuaciones paradójicas de los propios partidos ante el panorama diario al que tienen que dar respuestas. Por ejemplo, la falta de transparencia del Partido Popular en el caso de corrupción “Gurtell, es clamorosa y solo puedo adivinar mas allá de la irresponsabilidad otras dos causas de esta actuación: El miedo y la poca capacidad. La función política exige no tener miedo a afrontar ni siquiera las propias vergüenzas, tener miedo es sospechoso. Y desde luego la clase dirigente que actualmente gobierna nuestro pais no parece la más capacitada (risa produce ahora recordar a Rajoy cuando dijo que iba a elegir a los mejores y más capaces. Resultado: extravagancias tipo Ana Mato). Por otra parte en el PSOE el mismo día que celebramos el día de la Mujer se comete la estupidez de plantear una moción de censura en un Ayuntamiento apoyándose en los votos de un acosador condenado. Obra son amores…demostrándose una mayúscula debilidad de la dirección del Partido, falta de autoridad y también la plasmación de un insoportable divorcio entre lo que se dice y lo que se hace.

El ciudadano está quemado y teniendo el voto como única posibilidad que la democracia tal y como se está configurando, le permite, puede tener, en esa conciencia colectiva que se le supone, la tentación de combinar el estado de Burn-out con el de tomárselo a cachondeo, pueden hasta cachondearse del sistema (hay un twit muy gracioso que circuló en la red después de las últimas elecciones generales que decía: “Que votaseis a Chiquilicuatre tuvo su gracia, pero con lo de Rajoy estáis llevando la broma muy lejos”) como lo han hecho en Italia con Beppe Grillo y Berlusconi. El que diga la más grande al Parlamento, da igual si lo que dice es una barbaridad. Y en España la ausencia de liderazgos solventes e ilusionantes, la ausencia de ideas que profundicen en la democracia y nos saquen del atolladero, es caldo de cultivo para que salgan a flote nuestro Beppes Grillos o Chiquilicuatres, o peor, soluciones como en Grecia ofrecen los nazis del Amanecer Dorado.

La reflexión se impone, no se trata de desesperarse tirándose de los pelos, todo lo contrario, es asumir tranquilamente, pero de verdad, los errores, abusos cometidos, la inanidad de ideas y ser capaces de posibilitar que nuevas generaciones de políticos (ojo no confundir “nuevas generaciones con jóvenes, no se trata de convertirnos en “Jemers Rojos”  ni de instaurar el adanismo o la efebocracia) que desde la indignación pero también desde la responsabilidad puedan comenzar a establecer una nueva alianza con la ciudadanía basada en el respeto y en la igualdad. Lo contrario es poco recomendable, es seguir entre el Burn-out y el cachondeo. Como decía Tony Judt en su “Algo va mal”: “Ha llegado el momento de detenernos a decidir en que mundo queremos vivir”.