Si no quieres ganar...pierdes

Hace un par de semanas quedé con un par de amigos para comer y dar un repaso a la situación actual: hablar de política, opinar de todo lo que se mueve, empleo, economía, resultados de la elecciones generales, situación del PSOE...y la elecciones autonómicas del próximo mes de marzo en Andalucía. Ni que decir tiene que como suele ser en este tipo de reuniones entre amigos siempre se tiene la piedra filosofía que va a dar con la solución ideal para cuanto problema se tengan o se vayan a tener. Son estas comidas donde entre risas nos decimos lo que realmente pensamos y lo que realmente queremos. Todo normal, todo excepto de que en un momento de la comida, ya cercana a un postre de pastelitos estupendo, uno de mis interlocutores me hizo la pregunta del millón, esa pregunta que siendo o pareciendo inocua refleja en definitiva la expresión más autentica de lo que piensa la mayoría, creo yo, de la gente que nos vota o que sin habernos votado pretende salvaguardar la posibilidad de que Andalucía se ponga el muro de contención al poder omnímodo del Partido Popular en toda España.

"Oye, ¿de verdad quereis ganar la Elecciones Andaluzas?"

Esa es la cuestión. Esa es la madre de todas las preguntas. ¿pregunta tonta? ¿respuesta fácil? yo realmente pienso que no. Solamente progresan y ganan los que quieren ganar y son capaces en todas sus acciones de dar la impresión de estar en esa pelea.

Estos últimos días se lee o escuchas entre los dirigentes socialistas un símil, ya pesadito, sobre las próximas elecciones, el fútbol y las encuestas: hay partido, se dice. Vale, de acuerdo, hay partido, o como poco no está determinado el resultado final, y menos porque lo digan las encuestas. La realidad es que es bastante fastidioso que desde meses antes se vaya anunciando quien gana, quien no...como si realmente diera igual el voto, las campañas, etc. Hay partido, de acuerdo, la cierto es que en el fútbol siempre que se va a disputar un partido, hay partido, y quitando los Madrid-Barcelona cuyo resultado más o menos se entrevé en los últimos años, normalmente es la propia disputa del match lo que marcará el resultado. A saber:

Si aunque seas un poco inferior al equipo contrincante renuncias totalmente a cruzar el centro del campo y no tiras a puerta, no ganas ni amarrando al rival. Si teniendo medio equipo cojo, con lesiones o enfermos y en vez de sacar a los teóricos suplentes insistes en sacar a los que están mermados físicamente, dificilmente vas a ganar. Si te pitan un penalty a favor y en vez de tirar con tu pierna buena te empeñas en tirar con la otra y de tacón, dudo que marques...y lo peor si encima insistes en jugar como lo hacías hace 40 años frente al otro equipo e ignoras que ese equipo ha mejorado, que ya no juega tan mal, que al publico no le molesta su forma de conducir un partido, lo más posible es que no vayas a ganar.

En política pasa un poco lo mismo. Podríamos poner otras comparaciones pero como quiero ser igual de original que la mayoría de los que estan opinando, o sea nada, me quedo con el fútbol.

Cuando mi amigo me hizo la pregunta no supe que contestar porque yo si quiero ganar pero no estoy seguro que todos quieran,  porque para ganar hay que hacer cosa, o utilizando ahora un símil culinario: "para hacer una tortilla hay que cascar huevos" y siendo verdad que soy de los que pienso que las emociones dan mas resultados que los argumentos (en este mismo blog en un par de entradas Liderazgo y Política  y Howard Gardner y la inteligencia emocional  ) no es menos ciertos que si no haces lo que tienes que hacer, los gestos suficientes para que la ciudadanía crea de verdad que quieres ganar, la verdad es que no vas a emocionar ni a los propios, sobretodo cuando en los últimos años se han hecho políticas que están en bastante medida fuera de lo que el discurso y la agenda progresista tiene por propia. Cascar huevos es querer ganar.