GEOGRAFÍAS HUMANAS

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miércoles, 15 de febrero de 2012

LO QUE HACIA MI HIJA JUGANDO AL PARCHIS

Ahora son ya mayores y no quieren saber nada de jugar al parchis. La Blackberry, el portátil, el tuenti...esa es la realidad de los niños y niñas preadolescentes. Pero hubo un tiempo donde nos sentábamos alrededor de la mesa y podíamos divertirnos con algunos juegos de mesa, entre ellos el Parchis.

El Parchis es un juego de esos que denominamos "de toda la vida", de hecho data en la India del siglo XVI y pronto llegó a España, posiblemente sea el juego de mesa más popular. Dicho esto vuelvo a mis hijas y al estupendo ambiente de pequeñas cuando, sobretodo en invierno, en la mesa camilla, con el calentador debajo, nos pasábamos veladas estupendas, divertidas...aunque a veces terminábamos mal. Resulta que Helena, muy competitiva, no soportaba el perder, jugaba para divertirse pero su objetivo era ganar, no podía dominar su instinto y desgraciadamente cuando según iba transcurriendo el juego y se iba verificando que bien su hermana, su madre o yo íbamos a ganar, entonces, y normalmente después de "comerle" una ficha que estaba muy adelantada, es cuando, sin mediar palabras, tiraba las fichas...juego terminado. La cuestión era sencilla quería ganar como fuera y si las reglas le impedían ganar pues o bien se las saltaba y si no pues a tirar las fichas.

No parece muy edificante que cuando alguien participa voluntariamente en cualquier tipo de acción, organización, evento o lo que sea, su alternativa a que no ocurran las cosas como a él le gustarían, tire las fichas o en este caso se salte las reglas. Eso suele suceder solo cuando aplicadas las reglas no nos benefician porque cuando nos benefician son inquebrantables. Si me va bien participo y si no me va a ir bien no participo e intento deslegitimar a los que si participan y respetan el status quo.

Dicho todo lo anterior aclaro que mi hija ya no tira las fichas (probablemente porque ya no las utiliza), eso lo hacía de pequeña, ahora se ha hecho mayor y comprende que cuando uno juega al juego acepta las reglas y que eso de tirar las fichas cuando el juego no me conviene es cosa de chiquillos. Lo malo es que cuando eso se hace y no eres un chiquillo podemos hablar de personalidades escasamente democráticas. Y lo peor es que ese comportamiento se premie, es entonces cuando el que tira las fichas soy yo.

2 comentarios:

Eva Abeledo. dijo...

Yo no voy a tirar las fichas, pero este juego ya no me divierte, además no es algo puntual sino muy repetitivo, y ya cansa. Besitos.

Lalo dijo...

Completamente de acuerdo contigo. Creo que realmente estamos gobernados por chiquillos caprichosos que no saben lo que es el respeto al otro y a las reglas del juego, porque el juego siempre les ha ido demasiado favorable. Ahora veremos los que realmente valen o no valen la pena. Una lástima.