"Lo mejor está por llegar". Esta frase no es nueva, alguna vez la hemos escuchado y por ejemplo en alguna que otra intervención la oí de boca de nuestro anterior Presidente Zapatero. En este caso lo novedoso para mí es que me la dijo una amiga a través de un mail refiriendose de manera inconcreta al futuro que nos aguardaba, fundamentalmente a mi. No obstante de la ilusión que te hacen los buenos deseos de la gente que te aprecia, tenía el valor de una declaración de principio optimista en un momento en que la frase más escuchada es la de "madrecita que me quede como estoy".
Vivimos tiempos turbulentos, la crisis económica se está convirtiendo, por lo menos eso parece, en una crisis civilizatoria, en un momento de profundos cambios pero que a diferencia de las últimas décadas da la impresión de que son cambios a peor. Nos desmantelan nuestro modelo de convivencia que hemos ido trabando con mucha dificultad en muchos años, nos intentan convencer de que todo lo que está pasando es culpa precisamente de los propios ciudadanos, nos dicen que "el futuro ya no es lo que era"...en definitiva vamos abocados a un mundo nuevo donde parece que todo lo hecho hasta ahora no vale porque "alguien", la mano invisible, nos obliga a diseñar nuestra vida totalmente al contrario de lo que la hemos construido. Ahora resulta que no es bueno vivir bien (de hecho me resulta escandaloso escuchar de muchos políticos decirnos que hemos vivido muy bien y que eso no puede ser), como si vivir bien no pudiera ser la aspiración de todo ser humano.
Se ha puesto de moda decir que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, y seguramente será verdad, pero solo en aquellas cosas que esta economía financiera, especuladora e insolidaria nos llevaba: casas millonarias, consumo desaforado, creditos casi regalados...no puede ser que el hecho de tener una sanidad universal, pública, gratuita sea considerada un lujo. No puede ser que invertir en educación sea un dispendio. No puede ser que aumentar el salario de los trabajadores sea considerado una deslealtad. No.
Deberíamos estar orgullosos de haber construido nuestro modelo de pais basándonos en la universalización de derechos, en un estado del bienestar que protege a todos. Deberiamos estar orgullosos de tener una red sanitaria de las más avanzadas del mundo. Deberíamos estar orgullosos de tener coberturas como tenemos. Pero parece que eso es una extralimitación de los placeres que te da la vida.
Los defensores del Estado mínimo y de la justificación del mismo a través de la economía en crisis nos dicen que eso está muy bien pero ¿quién lo paga?...pues bien los mismos que aplauden eso aplauden a la vez que el gobierno haya decidido que el propio Estado se convierta en la lavadora que limpia el dinero negro, el gran blanqueador. Amnistia fiscal le llaman. Yo le llamaría el gran robo.
Por eso cuando me llegó ese mail de mi amiga que terminaba con la frase "lo mejor está por llegar", comprendí que a pesar de todo lo dicho anteriormente, aún tenemos gente buena como ella y como tantos ciudadanos que creen que podremos sallir de esta, que con su optimismo me hace ver que no todo está perdido, que la vida es bella, que merece la pena seguir peleando por todo lo que hemos construido, y que al fin obtendremos la recompensa de seguir mereciéndonos vivir mejor.
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