Una de las rutinas de cualquier proceso electoral es comprobar por la noche en que medida cada opcion política es capaz de asumir los resultados obtenidos. Es una primera valoración de urgencia y normalmente casi todos los dirigentes se refugian en las frases hechas, los lugares comunes y la cierta prudencia que exige la necesidad de que las altas pulsaciones, la taquicardia o incluso mejor, la decepción más profunda o la más desaforada alegría no se deje notar demasiado por aquello de aparentar tranquilidad, serenidad y "altura de miras".
Es casi un dicho popular que en la noche electoral ganan todos, o por lo menos todos tratan de evitar aparecer ante los medios de comunicación, que es aparecer ante la ciudadanía, abatido, absolutamente derrotado y por supuesto dando por hecho una debacle. También es verdad que en el refugio de las lecturas posteriores siempre es posible encontrar argumentos insospechados para justificar un resultado, sea este bueno o todo lo contrario.
En un post anterior, factores de una derrota , traté de exponer cuales eran algunas de las circunstancias que habían posibilitado los resultados finales de la Elecciones Autonómicas en Andalucía. Mucho se ha escrito desde entonces sobre quién ganó, quién perdió...en realidad es una cuestión de expectativas. Las que tenía el Partido Popular eran altísimas, eran fundadas expectativas de mayoría absoluta. Sin embargo las expectativas del Partido Socialista eran intentar obtener un resultado que aritméticamente le permitiese gobernar con el apoyo de Izquierda Unida. Nadie. Y vuelvo a decir, Nadie en el PSOE contaba con una victoria electoral. Nadie pensó seriamente en la posibilidad de ganar en votos y escaños, y mayoritariamente se apostaba, con algo de resignación, a la enorme posibilidad de tener que morder el polvo de la oposición en Andalucía.
Llegados los resultados es indiscutible que desde el punto de vista de mayor numero de votos y de escaños, es el Partido Popular el vencedor de los comicios. Si el resultado se mide en función de quien va a gobernar la Comunidad los próximos años, parece certero decir que han ganado PSOE e IU. Si lo hacemos desde el punto de vista de quien ha perdido menos votos, o ha ganado más votos en relación con las últimas elecciones andaluzas de 2008 el ganador indiscutible es Izquierda Unida....en fin que para sentirse ganador lo único que hay que hacer es coger un parámetro que nos favorezca y punto. La auténtica realidad la marca la expectativa con la que se llegó a las elecciones, y desde ese factor es indiscutible que tanto PSOE como IU ganaron.
Esa podría ser una lectura razonable de los resultados a vuela pluma pero, claro, ahora hay que hacer la lectura con todos los datos encima de la mesa y sabiendo que me dicen cada uno...y por ahí la cosa cambia. Con una lectura sosegada, más allá de manifestaciones desde mi punto de vista desafortunadas en la noche electoral y al dia siguiente por los dirigentes socialistas, tanto regionales como provinciales (no me pareció correcto eso de la tarta que le dieron a Griñan para celebrar el "enorme triunfo de los socialistas" me pareció fuera de tono, y tampoco me gustó la comparecencia del Secretario Provincial Paco Cabaña con chanzas fuera también de tono a mi modo de entender).
La autentica realidad es que el PSOE ha dejado de ser, y van tres convocatorias electorales, la principal fuerza política en Andalucía y la principal fuerza política en Cádiz. Que estos resultados se tienen que asimilar desde la humildad y el respeto porque, definitivamente, los ciudadanos no están contentos, los ciudadanos no tienen motivos para celebraciones desaforadas de ningún Partido, y tenemos que ponernos en su lugar. Incluso hay quién, por aquello de hacerle "favores" y "guiñitos" a su Jefe se permite el lujo de decir que los conflictos internos del PSOE (en este caso me estoy refiriendo a la Provincia de Cádiz) no se han dejado notar en el resultado. ¡De diez!. Pues hala majo, sigue montando conflictos que por lo visto da igual o a ti te da igual.
La lectura no puede hacerse en clave sectaria porque, evidentemente con los resultados en la mano cualquiera puede argumentar en detrimento del otro. Ni Griñan es el responsable de los "buenos" resultados, ni tampoco hubiera sido el de los malos. Y desde luego los resultados, no como se ha dicho, no han convalidado afirmativamente la gestión de la Junta de Andalucía en los últimos años. Unas eleccciones buscan gobiernos para el futuro, no son una cuestión de confianza, ni de evaluación, y si así lo fuera hemos perdido muchos miles de votos con respecto a 2008.
Por tanto, prudencia a la hora de administrar los resultados. Prudencia a la hora de hacer lecturas internas de los mismos porque entre otras cosas la propia militancia, en este caso del PSOE está hasta los mismos de unas peleas tan absurdas que nadie a estas alturas puede argumentarlas más allá del reparto del poder. Como diría el otro: Atentos.
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